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LA RIOJA ALAVESA: CONOCE SUS BODEGAS, SUS VINOS Y EL MEJOR ENOTURISMO

19/04/2025

DESCUBRIENDO LA RIOJA ALAVESA: UN TERRUÑO ÚNICO EN EL CORAZÓN DE RIOJA

En este recorrido exhaustivo, nos sumergiremos en el corazón de la Rioja Alavesa, una de las subzonas más prestigiosas y con mayor personalidad dentro de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja.

Exploraremos las características únicas de su terroir o terruño, marcado por la Sierra de Cantabria y los suelos arcillo-calcáreos, que definen la elegancia de sus vinos. Desentrañaremos siglos de historia vitivinícola, desde sus orígenes hasta la modernización que la ha puesto en el mapa mundial.

Analizaremos las variedades de uva, con la Tempranillo como protagonista indiscutible, y descifraremos los distintos tipos de vinos que nacen aquí, desde los frescos jóvenes de maceración carbónica hasta los complejos Grandes Reservas y las nuevas indicaciones geográficas.

Además, abriremos las puertas de sus bodegas más emblemáticas, tanto las centenarias llenas de tradición como las vanguardistas obras arquitectónicas que salpican el paisaje.

Finalmente, les guiaremos por las experiencias de enoturismo que hacen de la Rioja Alavesa un destino imprescindible para cualquier amante del vino.

Les invitamos a acompañarnos en este viaje sensorial y cultural. Sigan leyendo para descubrir por qué los vinos de la comarca de Laguardia-Rioja Alavesa son tan especiales y encuentren su próxima botella favorita entre las joyas que esta tierra excepcional nos ofrece.


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DESCUBRIENDO LA RIOJA ALAVESA: UN TERRUÑO ÚNICO EN EL CORAZÓN DE RIOJA

Adentrarse en la Rioja Alavesa es descubrir un paisaje donde el viñedo es protagonista absoluto, un mar de cepas que se extiende bajo la imponente mirada de la Sierra de Cantabria. Esta comarca, parte esencial de la DOCa Rioja, posee unas características geográficas y climáticas que la singularizan, dando lugar a un terroir excepcional que se traduce en vinos de marcada personalidad y elegancia. Analizar el terroir de Rioja Alavesa es fundamental para comprender la esencia de sus vinos.

UNA UBICACIÓN PRIVILEGIADA: ENTRE EL EBRO Y LA SIERRA DE CANTABRIA

La Rioja Alavesa se sitúa geográficamente en el extremo sur de la provincia de Álava, en el País Vasco. Sus límites naturales son claros y definitorios: al sur, el río Ebro traza una frontera natural y ejerce una influencia climática moderadora; al norte, la majestuosa Sierra de Cantabria (también conocida localmente como Sierra de Toloño) se erige como una barrera protectora. Esta configuración crea una especie de anfiteatro natural orientado principalmente al sur, lo que optimiza la exposición solar de los viñedos, un factor clave para la maduración de la uva.

Es la más pequeña de las tres subzonas que conforman la DOCa Rioja (junto a Rioja Alta y Rioja Oriental), ocupando una superficie de algo más de 300 kilómetros cuadrados. Administrativamente, comprende 18 municipios, entre los que destacan nombres tan ligados al vino como Laguardia, Elciego, Samaniego, Labastida o Villabuena de Álava.

A pesar de su tamaño relativamente reducido, concentra una notable extensión de viñedo, estimada en torno a las 13.000 hectáreas, aunque algunas fuentes hablan de cifras ligeramente superiores o inferiores. Esta comarca también es conocida, aunque de forma menos habitual, como la Sonsierra Alavesa.

La interacción entre el río Ebro, que ayuda a regular las temperaturas , y la sierra, que protege de los rigores del norte, es la base fundamental que define el microclima tan particular de esta zona y las características de los vinos de Rioja Alavesa.

EL CLIMA ATLÁNTICO Y LA PROTECCIÓN DE LA SIERRA

El clima de la Rioja Alavesa es predominantemente continental, pero con una marcada influencia atlántica. Esta influencia se traduce en condiciones generalmente más frescas y húmedas, tanto en verano como en invierno, si lo comparamos con la subzona de Rioja Oriental, de carácter más mediterráneo y seco, e incluso con ciertas áreas de Rioja Alta. Las precipitaciones medias anuales se sitúan en un rango moderado.

El papel de la Sierra de Cantabria es absolutamente crucial en la climatología en la Rioja Alavesa. Actúa como un biombo natural que frena la llegada de los vientos fríos y húmedos procedentes del mar Cantábrico, protegiendo así los viñedos situados en su ladera sur. Esta protección es vital para asegurar una correcta maduración de las uvas. Además, la sierra genera frecuentemente el efecto Foehn: mientras las nubes se acumulan en la vertiente norte, en la cara sur (donde se asientan los viñedos) sopla un viento más seco y cálido que favorece la sanidad de la uva y contribuye a crear condiciones óptimas para la viticultura.

Esta combinación de frescura atlántica y protección montañosa resulta idónea para el cultivo de variedades como la Tempranillo. Permite una maduración más lenta y completa de las uvas, sin que se produzca una pérdida drástica de acidez. Las temperaturas más frescas, sobre todo las nocturnas durante el periodo de maduración, son clave para fijar el color, preservar los aromas primarios y mantener una buena acidez natural.

Esta acidez es un componente esencial que aporta frescura, vivacidad y un excelente potencial de envejecimiento a los vinos tintos y blancos de la zona, marcando un perfil de elegancia distintivo frente a los vinos potencialmente más cálidos y corpulentos de otras áreas riojanas.

EL TERROIR O TERRUÑO: SUELOS ARCIILLO-CALCÁREOS, LA BASE DE LA ELEGANCIA

Si hay un elemento que define de manera homogénea el terruño de Rioja Alavesa, ese es su suelo. Más del 90-95% de los viñedos se asientan sobre suelos arcillo-calcáreos. Estos suelos son generalmente pobres en materia orgánica y presentan una estructura equilibrada. La componente arcillosa tiene la capacidad de retener agua, lo cual es muy valioso durante los veranos secos, evitando un estrés hídrico severo para la vid. Por otro lado, la presencia de caliza (carbonato cálcico) asegura un buen drenaje, impidiendo problemas de encharcamiento.  

La caliza, especialmente cuando es activa (alto contenido en calcio asimilable ), es particularmente beneficiosa. Se asocia a vinos con mayor finura, frescura y elegancia. Favorece un pH del mosto ligeramente más bajo, lo que se traduce en una mayor acidez percibida y colores más vivos. Además, contribuye a la obtención de taninos más finos y elegantes y a un mayor potencial aromático. No es casualidad que estos suelos sean considerados ideales para el cultivo de la uva Tempranillo, ayudando a expresar su perfil más refinado. En superficie, es común encontrar suelos pedregosos, y en algunas zonas, la tierra adquiere un característico tono rojizo debido a la presencia de hierro.  

Este predominio casi absoluto del suelo arcillo-calcáreo es, quizás, el rasgo más distintivo y unificador del terroir alavés frente a la mayor diversidad que podemos encontrar en Rioja Alta (con más presencia de suelos arcillo-ferrosos o aluviales) o en Rioja Oriental (donde dominan los suelos aluviales y más áridos). Este tipo de suelo imprime un sello inconfundible de mineralidad y finura a los vinos de la comarca.  

LA ALTITUD Y SU INFLUENCIA EN LOS VINOS

Los viñedos de Rioja Alavesa se sitúan en un rango de altitud considerable, generalmente entre los 400 y los 700 metros sobre el nivel del mar. Aunque existen viñedos a mayor altitud en otras partes de Rioja , esta cota media es significativa y tiene un impacto directo en el ciclo de la vid y la calidad de la uva.  

La altitud implica mayores contrastes de temperatura entre el día y la noche, especialmente durante el verano y la época de maduración. Esta amplitud térmica es muy beneficiosa: las temperaturas cálidas diurnas permiten una buena fotosíntesis y acumulación de azúcares, mientras que las noches frescas ralentizan la maduración, preservan la acidez natural de la uva y favorecen la síntesis de compuestos aromáticos y polifenoles (color). El resultado es una maduración lenta, equilibrada y completa, que da lugar a vinos más complejos y aromáticos.  

Además, es característico de Rioja Alavesa el paisaje de viñedos dispuestos en terrazas o en pequeñas parcelas, a menudo situadas en laderas con buena exposición solar. Esta estructura de minifundio, con muchas explotaciones pequeñas y viñedos a menudo viejos y trabajados por familias , fomenta una viticultura muy cuidada, más manual y menos mecanizada.

Este enfoque prima la calidad sobre la cantidad y permite un conocimiento profundo de cada parcela, explotando las particularidades de micro-terruños específicos. Esta atención al detalle en el viñedo es la base para la elaboración de vinos de alta calidad y, más recientemente, para la producción de los exclusivos Vinos de Viñedo Singular.  


HISTORIA Y TRADICIÓN VITIVINÍCOLA EN LA SONSIERRA ALAVESA

La historia del vino en Rioja Alavesa es tan antigua como la propia cultura del vino en la península ibérica. Sus raíces se hunden en el tiempo, evolucionando a través de los siglos hasta conformar la rica tradición vitivinícola que hoy conocemos. Desde los primeros vestigios hasta la moderna DOCa Rioja, la comarca ha sido testigo y protagonista de momentos clave en la historia del vino español.

RAÍCES ANCESTRALES: DE ROMANOS A LA EDAD MEDIA

Aunque los primeros indicios de viticultura en la región de Rioja se remontan a épocas prerromanas, fueron los romanos, a partir del siglo II a.C., quienes introdujeron técnicas más avanzadas y fomentaron el comercio del vino, sentando las bases de una incipiente industria. El documento más antiguo que menciona la vid en La Rioja data del año 873 y pertenece al Cartulario de San Millán.  

Durante la Edad Media, el cultivo de la vid y la elaboración de vino se consolidaron, en gran medida gracias al impulso de los monasterios. Instituciones como San Millán de la Cogolla o Santo Domingo de la Calzada se convirtieron en importantes centros de producción, cultivando viñedos no solo para el culto y el autoconsumo, sino también para comerciar y financiar sus actividades. Ya en 1063, la «Carta de población de Longares» documentaba la viticultura riojana , y en 1102, el rey Sancho I reconocía jurídicamente los vinos riojanos, otorgando a los concejos locales la potestad de regular su producción y comercio.

El vino era también un elemento importante en las rutas de peregrinación, como el Camino de Santiago, que atraviesa la región. A finales del siglo XIII ya se documentan exportaciones de vino riojano a otras regiones, y a partir del siglo XV se observa una creciente especialización vitícola en la zona.  

LA MODERNIZACIÓN DEL SIGLO XIX: INFLUENCIA FRANCESA Y BODEGAS PIONERAS

El siglo XIX marcó un punto de inflexión en la historia del vino de Rioja, y Rioja Alavesa jugó un papel protagonista en esta transformación. La clave fue la crisis de la filoxera que devastó los viñedos franceses a partir de la década de 1860. Ante la escasez de vino en su país, numerosos négociants (comerciantes) y bodegueros franceses cruzaron los Pirineos y llegaron a Rioja en busca de caldos para abastecer sus mercados, especialmente el de Burdeos.  

Esta llegada masiva no solo supuso un enorme impulso económico para la región, con un aumento espectacular de la superficie de viñedo , sino que también trajo consigo un cambio fundamental en la forma de elaborar el vino. Los franceses introdujeron las técnicas bordelesas que definían los «vinos finos» de la época: el despalillado de la uva (separar el grano del raspón), un mayor control de la fermentación y la maceración, las clarificaciones y, sobre todo, el envejecimiento del vino en barricas de roble de 225 litros (la barrica bordelesa).  

Aunque hubo intentos previos, como el de Manuel Quintano en la propia Rioja Alavesa en 1787 , fue en este contexto cuando estas técnicas se consolidaron. Figuras como Luciano Murrieta en Logroño fueron pioneras. Pero fue en Elciego, en pleno corazón de Rioja Alavesa, donde se fundó en 1858-1860 la bodega Marqués de Riscal, impulsada por Guillermo Hurtado de Amézaga y su hijo Camilo. Considerada la bodega de corte moderno más antigua de Rioja, Marqués de Riscal abrazó decididamente el modelo château bordelés: importó cepas francesas (Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Pinot Noir), contrató al enólogo francés Jean Pineau e implementó rigurosamente las nuevas técnicas de vinificación y crianza.

Este enfoque pionero posicionó a Rioja Alavesa a la vanguardia de la modernización del vino riojano, estableciendo un estándar de calidad y un estilo que influirían enormemente en toda la denominación. Otras bodegas importantes, muchas fundadas por inversores vizcaínos, siguieron este camino, estableciéndose cerca de las nuevas líneas de ferrocarril para facilitar la exportación.  

RIOJA ALAVESA DENTRO DE LA DOCa RIOJA

El éxito y el creciente prestigio de los vinos de la región llevaron a la necesidad de proteger su nombre y garantizar su calidad. Así, en 1925, se creó oficialmente la Denominación de Origen Rioja, siendo la primera de España. Rioja Alavesa fue, desde el principio, una de las tres subzonas reconocidas dentro de esta nueva demarcación. En 1991, Rioja dio un paso más al convertirse en la primera Denominación de Origen Calificada (DOCa) del país, un reconocimiento a su trayectoria de calidad y rigor.  

El Consejo Regulador de la DOCa Rioja es el organismo encargado de velar por el cumplimiento de las normativas que rigen la producción, desde el viñedo hasta la botella. Controla las variedades de uva permitidas, los rendimientos máximos, las prácticas de elaboración y envejecimiento, y certifica la calidad y el origen de cada vino a través de sus precintas y contraetiquetas.  

La pertenencia a la DOCa Rioja ha sido, sin duda, fundamental para el desarrollo, el reconocimiento internacional y la comercialización de los vinos de Rioja Alavesa. Sin embargo, en tiempos recientes, ha surgido una cierta tensión derivada del deseo de algunos productores alaveses de obtener un mayor reconocimiento para la singularidad de su zona. Esta aspiración se materializó en la propuesta de crear una Denominación de Origen Protegida propia, denominada «Viñedos de Álava».

Esta iniciativa, que buscaba resaltar la identidad vasca y las características específicas del terruño alavés, encontró la oposición del Consejo Regulador de Rioja, preocupado por la posible confusión para el consumidor y la fragmentación de la marca Rioja. Como respuesta, y para dar cabida a la creciente demanda de vinos vinculados a un origen más específico dentro de la propia DOCa, el Consejo Regulador introdujo en 2017 nuevas indicaciones geográficas como los Vinos de Municipio y, especialmente, los Vinos de Viñedo Singular.

Esta dinámica refleja la complejidad de una comarca con una fuerte identidad local y cultural, integrada en una de las denominaciones de origen más grandes, diversas y prestigiosas del mundo.


MÁS INFORMACIÓN ÚTIL SOBRE LA DOCA RIOJA

LAS UVAS PROTAGONISTAS DE LOS VINOS ALAVESES

La calidad y el carácter de los vinos de Rioja Alavesa nacen en el viñedo, y las variedades de uva cultivadas son un pilar fundamental de su identidad. Aunque la DOCa Rioja autoriza un total de catorce variedades (cinco tintas y nueve blancas) , la realidad de Rioja Alavesa se centra en un grupo más reducido, donde la Tempranillo reina de forma indiscutible, acompañada por otras uvas que aportan matices y complejidad. Conocer las uvas de Rioja Alavesa es esencial para apreciar sus vinos.  

TEMPRANILLO: LA REINA INDISCUTIBLE

No se puede hablar de Rioja Alavesa sin hablar de la Tempranillo. Es la variedad tinta dominante, la más plantada y la que define el perfil de la mayoría de sus grandes vinos. En el conjunto de la DOCa Rioja, representa más del 75% de la superficie de uva tinta, un porcentaje que supera el 87% si consideramos solo las variedades tintas principales.  

Adaptada perfectamente a las condiciones de la comarca, la Tempranillo encuentra en los suelos arcillo-calcáreos y el clima con influencia atlántica de Rioja Alavesa un lugar ideal para desarrollar todo su potencial. Aquí, esta variedad da lugar a vinos muy equilibrados, que destacan por su elegancia y finura. Poseen un buen cuerpo y estructura, pero sin resultar pesados, con una acidez notable que les aporta frescura y longevidad, y un color intenso y brillante.  

Su perfil aromático es seductor y complejo. En los vinos jóvenes, especialmente los de maceración carbónica, despliega intensos aromas a frutos rojos frescos como la fresa y la frambuesa, a veces con recuerdos a golosinas o violetas. Tras su paso por barrica, la Tempranillo evoluciona elegantemente, desarrollando notas especiadas, recuerdos a vainilla, coco, cacao, tabaco o cuero, que se integran armónicamente con la fruta madura. Su versatilidad le permite brillar tanto en vinos jóvenes como en crianzas, reservas y grandes reservas con enorme capacidad de guarda.  

OTRAS UVAS TINTAS ESENCIALES: GARNACHA, GRACIANO Y MAZUELO

Aunque la Tempranillo es la protagonista, otras variedades tintas juegan un papel crucial en el ensamblaje de muchos vinos de Rioja Alavesa, aportando matices que enriquecen el resultado final.

  • GARNACHA TINTA: Es la segunda variedad tinta en extensión, aunque a gran distancia de la Tempranillo. Originaria de Aragón, se ha adaptado bien a ciertas zonas de Rioja. Aporta cuerpo, calidez alcohólica y una frutosidad intensa, con aromas a cereza, mora o ciruela madura. Suaviza la estructura de la Tempranillo en los ensamblajes y es fundamental en la elaboración de muchos vinos rosados. En los últimos años, estamos asistiendo a un interesante resurgimiento de vinos elaborados 100% con Garnacha, a menudo procedente de viñedos viejos, que muestran un gran potencial.  
  • GRACIANO: Una variedad autóctona y minoritaria, pero muy apreciada por su singularidad y calidad. Es la «sal y pimienta» de muchos grandes reservas. Aporta una acidez vibrante, que refresca el conjunto y garantiza una larga vida al vino. También contribuye con un color muy intenso, taninos firmes y una paleta aromática muy característica, con notas especiadas (pimienta negra), florales (violetas) y balsámicas, que se vuelven más complejas (cuero, regaliz) con la crianza. Su complementariedad con la Tempranillo para el envejecimiento la convierte en una variedad de gran futuro.  
  • MAZUELO (o CARIÑENA): También minoritaria, se utiliza principalmente para complementar a la Tempranillo en vinos destinados a larga guarda. Aporta color, acidez y una buena carga tánica, lo que contribuye a la estructura y longevidad del vino. Sin embargo, requiere una buena maduración, ya que si no, sus taninos pueden resultar algo astringentes o herbáceos.  
  • MATURANA TINTA: Una variedad autóctona recuperada del olvido, aún muy minoritaria pero con creciente interés. Ofrece vinos con buen color, estructura y acidez, y un perfil aromático muy particular, a menudo con notas vegetales (pimiento verde) y especiadas.  

La maestría de los bodegueros de Rioja Alavesa reside, en gran medida, en el arte de combinar estas variedades. El ensamblaje o coupage tradicional busca el equilibrio y la complejidad, aprovechando las virtudes que cada uva aporta a la mezcla final. La Tempranillo suele ser la base estructural y frutal, mientras que la Garnacha puede añadir volumen, el Graciano aporta frescura y especias, y la Mazuelo refuerza la estructura para la guarda.

Al mismo tiempo, el creciente interés por elaborar vinos monovarietales, especialmente con Garnachas viejas, Graciano o Maturana Tinta, refleja una tendencia hacia la exploración de la diversidad y la expresión más pura del terruño alavés.  

VARIEDADES BLANCAS: VIURA Y COMPAÑÍA

Aunque Rioja Alavesa es mundialmente conocida por sus tintos, no debemos olvidar sus vinos blancos, que también poseen una gran calidad y una interesante diversidad varietal.

  • VIURA (también conocida como Macabeo): Es la variedad blanca principal y más cultivada en toda la DOCa Rioja. Produce vinos blancos frescos y afrutados en su juventud, con aromas a manzana verde, pera y notas cítricas, y una acidez moderada pero bien presente. Sin embargo, la Viura también demuestra una excelente aptitud para la crianza, tanto sobre lías como en barrica de roble. Con el envejecimiento, desarrolla complejidad, ganando untuosidad y notas de frutos secos, miel o ahumados, dando lugar a blancos de gran personalidad y longevidad. Es frecuente encontrarla procedente de viñas viejas, a menudo plantadas en las cabeceras de parcelas de tinto. Ocasionalmente, un pequeño porcentaje de Viura se incluye en el ensamblaje de algunos vinos tintos o, más habitualmente, rosados.  
  • MALVASÍA (de Rioja): Una variedad aromática que aporta un toque distintivo a los ensamblajes blancos. Ofrece intensos aromas florales y frutales, y confiere al vino una textura más suave, untuosa y con cierto cuerpo. Se utiliza generalmente en pequeñas proporciones.  
  • GARNACHA BLANCA: Menos extendida que la Viura, pero interesante por el cuerpo, la estructura y las notas ligeramente herbáceas que puede aportar a los vinos blancos.  
  • TEMPRANILLO BLANCO: Una variedad relativamente nueva, surgida por una mutación natural de la Tempranillo tinta descubierta en 1988. Está en expansión y resulta muy prometedora. Ofrece vinos con buena intensidad aromática (cítricos, frutas tropicales, notas florales) y una acidez equilibrada.  
  • MATURANA BLANCA: Otra variedad autóctona recuperada, muy escasa pero valorada por su singularidad y potencial.  
  • Otras variedades autorizadas: La normativa de la DOCa Rioja también permite el uso de Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo y Turruntés (o Torrontés), aunque su presencia en Rioja Alavesa es generalmente minoritaria y a menudo se emplean para complementar a las variedades autóctonas.  

Aunque eclipsados a veces por la fama de los tintos, los vinos blancos de Rioja Alavesa merecen una atención especial. La versatilidad de la Viura, tanto en vinos jóvenes como de guarda, junto con el aporte de otras variedades tradicionales y la interesante irrupción de uvas como la Tempranillo Blanco, conforman una oferta de blancos de alta calidad, con carácter propio y un notable potencial que sigue explorándose y desarrollándose.


TIPOS DE VINOS DE RIOJA ALAVESA: CLASIFICACIÓN Y ESTILOS

La diversidad de Rioja Alavesa no solo se refleja en sus paisajes y uvas, sino también en la variedad de vinos que se elaboran. Desde los vibrantes jóvenes hasta los solemnes grandes reservas, pasando por estilos muy arraigados en la tradición local como la maceración carbónica, la comarca ofrece un amplio abanico de posibilidades. Para navegar por esta diversidad, es fundamental conocer la clasificación de los vinos de Rioja, que combina criterios de envejecimiento con indicaciones geográficas cada vez más precisas, conformando los distintos vinos DOCa Rioja Alavesa.

LA CLASIFICACIÓN TRADICIONAL DE RIOJA: JOVEN, CRIANZA, RESERVA Y GRAN RESERVA

Históricamente, la DOCa Rioja ha basado su sistema de clasificación principal en los tiempos mínimos de envejecimiento que debe cumplir cada vino, tanto en barrica de roble como en botella, antes de salir al mercado. Esta clasificación, que se aplica a vinos tintos, blancos y rosados (aunque con diferencias en los plazos), garantiza un cierto perfil de estilo asociado a cada categoría :  

  • GENÉRICO (o VINO JOVEN / o DEL AÑO / o COSECHA): Esta categoría engloba a los vinos en su primer o segundo año, que generalmente no han tenido paso por barrica o este ha sido muy breve (menos de los mínimos exigidos para Crianza). El objetivo es preservar al máximo la frescura, la fruta primaria y la vivacidad del vino. También se incluyen aquí vinos que, por diversas razones (ensamblajes no tradicionales, envejecimientos diferentes), no encajan en las categorías superiores, aunque hayan tenido crianza. Son vinos de consumo más inmediato, ideales para copeo o comidas informales.  
  • CRIANZA: Para los vinos tintos, esta categoría exige un envejecimiento mínimo total de dos años, de los cuales al menos uno debe ser en barrica de roble (tradicionalmente de 225 litros). Para los vinos blancos y rosados, el periodo total mínimo es de 18 meses, con al menos 6 meses en barrica. Los vinos de Crianza buscan un equilibrio armonioso entre los aromas frutales (primarios) y las notas aportadas por la madera (especias, tostados – secundarios). Son vinos versátiles y con buena estructura.  
  • RESERVA: Esta categoría se reserva para vinos de añadas consideradas buenas, con mayor potencial de envejecimiento. Los tintos deben envejecer un mínimo total de tres años, de los cuales al menos uno debe ser en barrica y al menos seis meses en botella antes de su comercialización. Los blancos y rosados Reserva requieren un mínimo de dos años de envejecimiento total, con al menos 6 meses en barrica. Los vinos Reserva suelen mostrar una mayor complejidad, donde a los aromas primarios y secundarios se suman los terciarios, derivados de la crianza reductiva en botella (cuero, tabaco, notas animales, etc.).  
  • GRAN RESERVA: Es la categoría cumbre de la clasificación por envejecimiento, reservada únicamente para vinos de añadas calificadas como excelentes o muy buenas. Los tintos Gran Reserva deben envejecer durante un periodo total mínimo de cinco años, con al menos dos años en barrica de roble y al menos dos años en botella. Para blancos y rosados, el mínimo total es de cuatro años, con al menos 6 meses en barrica. Son vinos de gran complejidad aromática, finura y elegancia, con una larga vida por delante.  

Además, desde hace unos años, la DOCa Rioja también ampara la elaboración de Vinos Espumosos de Calidad producidos mediante el método tradicional (segunda fermentación en botella). Estos también se clasifican según su tiempo de crianza sobre lías: Genérico (mínimo 15 meses), Reserva (mínimo 24 meses) y Gran Añada (mínimo 36 meses).  

MACERACIÓN CARBÓNICA: EL SELLO DE LOS VINOS JÓVENES ALAVESES

Dentro de la categoría de vinos jóvenes (Genérico), existe un estilo de elaboración con un profundo arraigo histórico y cultural en Rioja Alavesa: la maceración carbónica. Este método se utiliza tradicionalmente para elaborar los vinos tintos del año, también conocidos como «vinos de cosechero», destinados a un consumo más inmediato.  

El proceso de la maceración carbónica es singular: en lugar de despalillar y estrujar la uva, los racimos se introducen enteros en el depósito de fermentación. La propia presión de los racimos superiores sobre los inferiores libera algo de mosto, que inicia una fermentación alcohólica normal. El dióxido de carbono (CO2) producido por esta fermentación satura el depósito, creando una atmósfera anaeróbica (sin oxígeno). En este ambiente, las uvas intactas sufren una fermentación intracelular (dentro de la propia baya). Tras unos días (7-15 días, fase anaeróbica), los racimos se prensan y el mosto-vino resultante completa la fermentación alcohólica ya sin las partes sólidas (fase aeróbica). Tradicionalmente, parte del estrujado inicial se realizaba mediante el pisado de la uva con los pies descalzos, una práctica que algunas bodegas mantienen o rememoran («pies negros»).  

El resultado: Vinos tintos muy característicos: de un color rojo violáceo muy vivo y brillante, y sobre todo, con una explosión aromática muy intensa y fragante. Dominan las notas de fruta roja fresca (fresa, frambuesa, cereza), recuerdos a golosinas (plátano, gominola de fresa) y a menudo un toque floral (violetas). En boca son frescos, ligeros, muy fluidos y fáciles de beber, con taninos muy suaves y un final frutal muy agradable.  

Aunque la maceración carbónica no es exclusiva de Rioja Alavesa, la fuerza de su tradición y la calidad y expresividad que alcanzan estos vinos jóvenes en la comarca la convierten en un verdadero sello distintivo. Representan la herencia de las bodegas familiares, el vino festivo y de consumo cotidiano, y ofrecen un contrapunto vibrante y lleno de fruta a los vinos de larga crianza.

LAS NUEVAS INDICACIONES GEOGRÁFICAS: VINO DE ZONA, MUNICIPIO Y VIÑEDO SINGULAR

En respuesta a una demanda creciente por parte de consumidores y productores de vinos que expresen de forma más clara su origen y su vínculo con un terruño específico, la DOCa Rioja introdujo en 2017 una nueva pirámide de indicaciones geográficas. Estas nuevas categorías conviven con la clasificación tradicional por envejecimiento y ponen el foco en la procedencia de la uva:  

  • Vino de Zona: Es la indicación geográfica más amplia dentro de esta nueva clasificación. Permite especificar en la etiqueta una de las tres subzonas de producción – Rioja Alta, Rioja Oriental o Rioja Alavesa – siempre que el 100% de las uvas utilizadas para elaborar el vino procedan exclusivamente de esa zona determinada. Esto permite al consumidor identificar claramente si un vino proviene, por ejemplo, íntegramente de Rioja Alavesa.  
  • Vino de Municipio: Da un paso más en la concreción del origen. Permite indicar en la etiqueta el nombre del municipio específico (por ejemplo, Laguardia, Elciego, Samaniego, Labastida, Villabuena de Álava, etc.) del que proceden el 100% de las uvas. Esto posibilita destacar el carácter particular que los viñedos de un determinado pueblo pueden imprimir al vino.  
  • Vino de Viñedo Singular: Representa la cúspide de la pirámide de calidad ligada al terruño. Esta indicación reconoce vinos excepcionales procedentes de un paraje o viñedo específico y delimitado, cuyas características agrogeológicas y climáticas singulares le confieren una identidad única. Para poder usar esta mención, se deben cumplir requisitos muy estrictos: el viñedo debe tener una edad mínima (generalmente 35 años), los rendimientos por hectárea deben ser inferiores a los genéricos de la DOCa, la vendimia debe ser manual, debe existir una trazabilidad completa desde la parcela hasta la botella, y el vino debe superar una doble evaluación de calidad (una inicial y otra previa a la comercialización) que certifique su excelencia y singularidad.  

Estas nuevas indicaciones suponen un cambio significativo en la filosofía de Rioja, complementando el tradicional énfasis en la crianza con una mayor valoración y comunicación del origen geográfico. Se acercan así a modelos de otras regiones vitivinícolas históricas, como Borgoña, donde la identidad del terroir es primordial.

Para una comarca como Rioja Alavesa, caracterizada por su estructura de pequeñas parcelas, la abundancia de viñedo viejo y la calidad reconocida de sus pagos , estas nuevas herramientas, y en especial la de Viñedo Singular, representan una magnífica oportunidad para poner en valor y diferenciar sus vinos más excepcionales, aquellos que son fiel reflejo de un lugar único.  


BODEGAS EMBLEMÁTICAS DE LA RIOJA ALAVESA: UN VIAJE DE TRADICIÓN Y VANGUARDIA

Hablar de Rioja Alavesa es hablar de sus bodegas. Desde pequeñas cuevas excavadas bajo las casas de pueblos medievales hasta espectaculares edificios de diseño firmados por arquitectos estrella, la comarca alberga un riquísimo patrimonio bodeguero. Realizar un recorrido por las mejores bodegas de Rioja Alavesa es imprescindible para comprender la diversidad y la excelencia de sus vinos.

A continuación, les presentamos una selección de algunas de las bodegas que recomendamos visitar en Rioja Alavesa, agrupadas por su carácter histórico o su singularidad arquitectónica.

BODEGAS HISTÓRICAS Y FAMILIARES CON ENCANTO

Estas bodegas representan la continuidad de una tradición secular, el saber hacer transmitido de generación en generación y el profundo respeto por el viñedo y la tierra. Muchas de ellas conservan métodos de elaboración ancestrales y ofrecen una experiencia enoturística cercana y auténtica.

Aquí les proponemos una propuesta para conocer las Bodegas de la Rioja Alavesa más emblematicas:

  1. Bodegas Palacio (Laguardia): Fundada en 1894, esta bodega centenaria ha sido testigo y protagonista de la evolución del vino en la comarca. Uno de sus hitos fue el lanzamiento del vino Glorioso en 1917, que sigue siendo un referente.  
  2. Bodegas Casa Primicia (Laguardia): Su visita nos transporta al pasado, ya que se ubica en el edificio civil más antiguo de Laguardia, que funcionó como Casa de la Primicia en el siglo XV, donde la iglesia recogía los diezmos y primicias (impuestos sobre la cosecha). Conserva calados subterráneos y ofrece visitas y museo.  
  3. Bodega El Fabulista (Laguardia): Una experiencia única bajo tierra. Situada a siete metros de profundidad, bajo el palacio del siglo XVII donde nació el famoso fabulista Félix María Samaniego, esta bodega elabora sus vinos de forma artesanal mediante maceración carbónica, incluyendo el tradicional pisado de la uva. Sus visitas teatralizadas son muy populares.  
  4. Bodegas Valdelana (Elciego): Una bodega familiar con una larga historia (el edificio data de 1583) que sorprende por sus instalaciones. Conserva seis impresionantes calados subterráneos de los siglos XV y XVI, una capilla, dos museos (etnográfico y del vino) e incluso ofrece experiencias de enoturismo astronómico.  
  5. Bodegas Loli Casado (Lapuebla de Labarca): Un buen ejemplo de bodega familiar que ha sabido conjugar la herencia de la tradición vitivinícola con las técnicas modernas. Además de vino, también elaboran aceite de oliva virgen extra de Rioja Alavesa.  
  6. Bodegas Pascual Larrieta (Samaniego): Otra bodega familiar situada en un entorno privilegiado, a los pies de la Sierra de Cantabria, que ofrece una visión cercana del trabajo en el viñedo y la bodega.  
  7. Bodegas Izadi (Villabuena de Álava): Aunque de fundación más reciente (1987), esta bodega nació con una clara filosofía de respeto por la naturaleza (Izadi significa «naturaleza» en euskera) y un enfoque en la calidad basada en viñedos viejos de Tempranillo seleccionados en el triángulo que forman Villabuena, Samaniego y Ábalos.  
  8. Pago de Larrea (Elciego): Bodega familiar centrada en la elaboración de vinos a partir de su viñedo propio, la Finca La Romañíguez, buscando expresar el carácter de su terruño particular.  
  9. Bodegas Luis Cañas / Amaren (Villabuena de Álava / Samaniego): Un grupo familiar de gran prestigio en Rioja. Luis Cañas es sinónimo de vinos de alta calidad y consistencia. Su proyecto Amaren («de la madre» en euskera) rinde homenaje a la matriarca de la familia y se centra en vinos elaborados a partir de viñedos muy viejos, buscando la máxima expresión y elegancia.  
  10. Bodegas Solar de Samaniego (Laguardia): Esta bodega ha protagonizado una transformación espectacular. Lo que antes era un conjunto de naves de aspecto industrial se ha convertido en un espacio único donde se fusionan la cultura del vino y la literatura. Destaca la impresionante intervención artística del australiano Guido van Helten, que ha decorado los antiguos depósitos de hormigón con enormes murales hiperrealistas.  

ARQUITECTURA Y VINO: BODEGAS DE DISEÑO QUE CAUTIVAN

En las últimas décadas, Rioja Alavesa se ha convertido también en un escaparate de la arquitectura contemporánea aplicada al mundo del vino. Varias bodegas han apostado por edificios vanguardistas, a menudo firmados por arquitectos de renombre internacional, que se han convertido en iconos del paisaje y potentes reclamos enoturísticos.

Aquí tenemos muy buenas propuestas para conocer la impresionante Arquitectura de las Bodegas de la Rioja Alavesa:

  1. Herederos del Marqués de Riscal (Elciego): Es el caso más emblemático. A la bodega histórica de 1858 se sumó en 2006 el espectacular hotel diseñado por Frank O. Gehry, cuyas cintas de titanio rosa, oro y plata se han convertido en un símbolo de la Rioja moderna. Todo el complejo, conocido como la «Ciudad del Vino», es un referente mundial.  
  2. Bodegas Ysios (Laguardia): Situada a los pies de la Sierra de Cantabria, esta bodega impacta por su cubierta ondulante de aluminio y madera de cedro, diseñada por Santiago Calatrava e inaugurada en 2001. Su silueta busca integrarse y dialogar con el perfil de las montañas que la custodian. El interior, con su sala de barricas y sala de catas, también es sorprendente.  
  3. Bodegas Baigorri (Samaniego): Obra del arquitecto Iñaki Aspiazu, esta bodega es un ejemplo de integración en el paisaje. Se presenta como una caja de cristal que emerge del terreno, pero la mayor parte de su estructura se desarrolla bajo tierra, en siete niveles, permitiendo que todo el proceso de elaboración del vino se realice por gravedad, desde la recepción de la uva hasta el embotellado, respetando al máximo la materia prima. Ofrece un restaurante mirador con vistas espectaculares.  
  4. Bodegas Viña Real (Laguardia): Perteneciente al grupo CVNE, esta bodega, diseñada por el arquitecto francés Philippe Mazières, se ubica en lo alto del Cerro de la Mesa. Su edificio principal tiene forma de tina de fermentación, con una impresionante sala de barricas circular en su interior. Además, cuenta con dos grandes calados excavados directamente en la roca del cerro para la crianza del vino.
  5. Bodegas Campillo (Laguardia): Propiedad del Grupo Faustino, esta bodega se inspira en el concepto de château bordelés, donde todos los elementos (viñedo, bodega, edificio principal) forman un conjunto armónico. Su singular arquitectura, organizada en cinco niveles alrededor de una gran escalera de caracol de piedra y madera, combina la belleza estética con la funcionalidad para la elaboración y crianza del vino.
  6. Hotel Viura (Villabuena de Álava): Aunque estrictamente es un hotel y no una bodega, su arquitectura vanguardista, compuesta por una superposición de cubos de hormigón, acero corten y grandes ventanales, se ha convertido en un hito arquitectónico de la comarca y un referente del enoturismo de diseño.

FILOSOFÍAS DE ELABORACIÓN Y VINOS DESTACADOS

La diversidad arquitectónica de Rioja Alavesa se corresponde con una interesante variedad de filosofías de elaboración. Conviven el profundo respeto por la tradición (mantenimiento de la maceración carbónica , largas crianzas en barrica al estilo clásico riojano ) con la innovación y la aplicación de las últimas tecnologías (vinificación por gravedad , mesas de selección óptica, depósitos de distintas capacidades para vinificar parcelas por separado ).

Un elemento común y creciente es el enfoque en el viñedo. Cada vez más bodegas ponen el acento en el origen de la uva, trabajando con viñedos propios, a menudo viñas viejas, y buscando expresar la identidad de parcelas concretas. La sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente también ganan peso, con prácticas de agricultura ecológica o integrada (como Viñedos del Contino, parte de CVNE, con certificación ZERYA de uvas sin residuos ).

La crianza en barrica de roble sigue siendo una seña de identidad de Rioja, y en Rioja Alavesa se utilizan tanto barricas de roble americano (que aportan notas más evidentes de coco, vainilla y especias dulces) como, cada vez más, de roble francés (que suelen dar notas más sutiles de especias, tostados finos y mayor respeto por la fruta). La elección del tipo de roble, su tostado y el tiempo de permanencia en barrica son decisiones clave que marcan el estilo final del vino.  

Entre los vinos destacados, además de los estilos genéricos (joven, crianza, reserva, gran reserva), encontramos ejemplos como el mencionado Glorioso de Bodegas Palacio , la gama Imperial de CVNE (elaborada en Viña Real) , los vinos de Viñedo Singular de Bodegas Baigorri (como Finca La Emperatriz o Finca La Quintanilla) , los vinos parcelarios de bodegas como Altos de Rioja (Pigeage, Pigeage Graciano) , o los vinos de la gama Amaren de Luis Cañas. Cada bodega ofrece un universo propio por descubrir, reflejando la riqueza y diversidad enológica de Rioja Alavesa.


ENOTURISMO EN RIOJA ALAVESA: EXPERIENCIAS INOLVIDABLES ENTRE VIÑEDOS

Rioja Alavesa no solo produce vinos excepcionales, sino que se ha consolidado como un destino enoturístico de primer nivel, reconocido internacionalmente. La combinación de paisajes espectaculares, pueblos cargados de historia, bodegas fascinantes, una gastronomía deliciosa y una cuidada oferta de servicios convierte a la comarca en un lugar ideal para sumergirse en la cultura del vino.

Explorar el turismo en Laguardia y Elciego, así como en el resto de la comarca, es una experiencia memorable.  

LA RUTA DEL VINO DE RIOJA ALAVESA: UN RECORRIDO IMPRESCINDIBLE

Para organizar y facilitar la visita a la comarca, existe la Ruta del Vino de Rioja Alavesa. Se trata de una iniciativa que agrupa a un gran número de establecimientos comprometidos con el enoturismo de calidad: bodegas visitables (desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas), alojamientos con encanto (hoteles, casas rurales), restaurantes, bares de vinos, enotecas, museos, empresas de actividades y otros servicios turísticos.  

El objetivo de la Ruta es ofrecer al visitante una experiencia integral y auténtica en torno al mundo del vino y la cultura de Rioja Alavesa. Funciona como un club de producto que garantiza unos estándares de calidad y facilita información sobre todo lo que la comarca puede ofrecer. Es un referente dentro de las Rutas del Vino de España y una herramienta fundamental para planificar cualquier escapada a la zona. Se puede encontrar toda la información detallada, socios y propuestas en su página web oficial.  

PUEBLOS CON ENCANTO: LAGUARDIA, ELCIEGO Y MÁS ALLÁ

El viaje por Rioja Alavesa es también un viaje a través de sus pueblos, muchos de los cuales conservan un encanto especial y un rico patrimonio histórico y arquitectónico.

  • LAGUARDIA: Es la capital de la comarca y, sin duda, uno de los pueblos más bellos no solo del País Vasco, sino de toda España. Su recinto amurallado medieval, perfectamente conservado, invita a perderse por sus estrechas calles empedradas. Imprescindible visitar la Iglesia de Santa María de los Reyes para admirar su espectacular pórtico gótico policromado (uno de los pocos que se conservan en Europa). También merece la pena subir a la Torre Abacial para disfrutar de unas vistas panorámicas inmejorables del pueblo y los viñedos circundantes, con la Sierra de Cantabria como telón de fondo. Otra de las singularidades de Laguardia son sus calados o cuevas subterráneas, antiguas bodegas familiares excavadas bajo las casas, que forman una red de túneles bajo el casco histórico; algunas de ellas son visitables. No hay que olvidar el curioso reloj carrillón de la Plaza Mayor, que a ciertas horas ofrece un espectáculo con autómatas danzantes. En las inmediaciones de Laguardia se encuentran bodegas tan importantes como Ysios, Campillo, Solar de Samaniego o Eguren Ugarte, y dentro del propio casco histórico, El Fabulista o Casa Primicia. Cerca del pueblo, el complejo lagunar de Laguardia (Carravalseca, Carralogroño) es un Biotopo Protegido de gran valor ecológico.  
  • ELCIEGO: Otro de los pueblos imprescindibles en cualquier ruta por Rioja Alavesa. Su fama mundial se debe en gran parte a la Bodega Marqués de Riscal y al icónico hotel diseñado por Frank Gehry, cuya silueta futurista contrasta con el perfil tradicional del pueblo. Pero Elciego es mucho más: su casco histórico bien conservado, con calles empedradas y casas blasonadas, invita a un paseo tranquilo. Destacan la Plaza Mayor, la imponente Iglesia parroquial de San Andrés (con sus dos torres desiguales) y la Ermita de Nuestra Señora la Virgen de la Plaza. Además de Marqués de Riscal, Elciego alberga otras bodegas interesantes como Bodegas Valdelana, Bodegas Murua o Pago de Larrea.  
  • OTROS PUEBLOS: La comarca está salpicada de otros muchos pueblos con encanto que merecen una visita. Samaniego (con Bodegas Baigorri, Pascual Larrieta) , Villabuena de Álava (conocida por tener la mayor concentración de bodegas por habitante del mundo, y donde se ubican Bodegas Izadi o el Hotel Viura) , Labastida (con un interesante casco histórico y bodegas como Tierra) , Lapuebla de Labarca (a orillas del Ebro, con Bodegas Loli Casado) , Lanciego (donde se puede visitar un antiguo trujal de aceite) , Elvillar (famoso por su dolmen) , Oyón (con Bodegas Valdemar) o Navaridas , entre otros, completan un mosaico de paisajes y experiencias.  

VISITAS A BODEGAS, CATAS Y GASTRONOMÍA LOCAL

La actividad estrella del enoturismo en Rioja Alavesa es, lógicamente, la visita a bodegas. La oferta es amplísima y para todos los gustos: desde pequeñas bodegas familiares donde el propio viticultor explica su trabajo, hasta grandes bodegas centenarias con calados históricos, pasando por las modernas bodegas de diseño con la última tecnología. Las visitas suelen incluir un recorrido por las instalaciones (viñedo, sala de elaboración, sala de barricas, botellero) y culminan con una cata comentada de varios de sus vinos.  

Pero la experiencia va mucho más allá. Muchas bodegas ofrecen actividades especiales: catas verticales (diferentes añadas del mismo vino), catas horizontales (diferentes vinos de la misma añada), maridajes de vinos con productos locales (queso Idiazabal, embutidos, chocolate…), visitas a los viñedos (a pie, en bicicleta eléctrica, en segway, a caballo, en 4×4), cursos de iniciación a la cata, talleres sensoriales para aprender a identificar aromas, o incluso visitas teatralizadas que añaden un componente lúdico y cultural.  

Y, por supuesto, el enoturismo en Rioja Alavesa no se entiende sin su gastronomía. La cocina local es sabrosa y basada en productos de la tierra de gran calidad. Son imprescindibles platos tradicionales como las patatas a la riojana (con chorizo), las pochas (alubias frescas) con sacramentos, las chuletillas de cordero asadas al sarmiento (los propios restos de la poda de la vid), las verduras de la huerta del Ebro, los quesos y el aceite de oliva virgen extra de Rioja Alavesa, que también tiene su propia identidad.

La oferta de restauración es variada, desde asadores y restaurantes tradicionales donde disfrutar de la cocina casera, hasta restaurantes de alta cocina, algunos de ellos ubicados en las propias bodegas (como en Marqués de Riscal o Baigorri) que ofrecen menús degustación maridados con sus vinos. Ir de pintxos o potes (tapas y vinos) por las calles de Laguardia o Elciego es también una excelente manera de saborear la gastronomía local.  

PATRIMONIO Y NATURALEZA: DÓLMENES Y PAISAJES ÚNICOS

Aunque el vino es el gran protagonista, Rioja Alavesa ofrece muchos otros atractivos que complementan la experiencia enoturística. El propio paisaje de viñedos, que cambia de color con las estaciones, es un espectáculo en sí mismo, especialmente durante el otoño, cuando las hojas adquieren tonalidades ocres, rojas y amarillas.  

La comarca atesora un importantísimo patrimonio megalítico, testimonio de un poblamiento muy antiguo. Existe una Ruta de los Dólmenes que permite visitar numerosos monumentos funerarios neolíticos bien conservados. Entre los más destacados se encuentran el dolmen de La Chabola de la Hechicera en Elvillar (considerado el más espectacular del País Vasco), el del Alto de la Huesera (Laguardia), El Encinal (Elvillar), San Martín (Laguardia) o El Montecillo (Villabuena).  

Para los amantes de la naturaleza y el turismo activo, Rioja Alavesa ofrece diversas posibilidades. Se pueden realizar rutas de senderismo, como el GR-38 (Ruta del Vino y del Pescado), un sendero histórico que unía la costa cantábrica con el valle del Ebro. También es una zona ideal para el cicloturismo, con rutas que discurren entre viñedos. Otras opciones incluyen el piragüismo por las tranquilas aguas del río Ebro o los paseos a caballo.  

Además, la ubicación estratégica de Rioja Alavesa permite combinar la visita con escapadas a otros puntos de interés cercanos, como Vitoria-Gasteiz (la capital del País Vasco), Logroño (la capital de La Rioja) o la ciudad de Haro (famosa por su Barrio de la Estación).  

En definitiva, el éxito del enoturismo en Rioja Alavesa radica en su capacidad para ofrecer una experiencia completa y diversa. No se trata solo de visitar bodegas y catar vinos, sino de sumergirse en un territorio que combina de forma magistral una cultura del vino profundamente arraigada, una gastronomía excepcional, un patrimonio histórico que abarca desde la prehistoria hasta la vanguardia arquitectónica, paisajes de gran belleza y una cuidada infraestructura turística que incluye alojamientos con encanto y servicios como spas de vinoterapia. Todo ello convierte a Rioja Alavesa en un destino fascinante y difícil de olvidar para cualquier viajero.


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RECURSOS Y ENLACES DE INTERÉS

Para profundizar en la información sobre los vinos, las bodegas y el enoturismo en Rioja Alavesa, les recomendamos consultar las siguientes páginas web oficiales y de referencia:

  1. Consejo Regulador DOCa Rioja: El sitio web oficial de la Denominación de Origen Calificada Rioja es la fuente principal para obtener información sobre la normativa, las clasificaciones de los vinos, las variedades de uva autorizadas, las estadísticas de la denominación y el directorio oficial de bodegas inscritas.
  2. Ruta del Vino de Rioja Alavesa: El portal oficial de la asociación de enoturismo de la comarca. Aquí encontrarán información detallada sobre las bodegas que se pueden visitar, alojamientos, restaurantes, actividades, eventos y propuestas de experiencias enoturísticas.
  3. Turismo de Euskadi (Rioja Alavesa): El portal oficial de turismo del Gobierno Vasco cuenta con una sección específica dedicada a Rioja Alavesa, ofreciendo información general sobre la comarca, rutas turísticas, recursos naturales y culturales, y agenda de eventos.
  4. Turismo de Álava (Rioja Alavesa): La página web oficial de turismo de la Diputación Foral de Álava proporciona información turística centrada en la provincia, incluyendo detalles sobre los atractivos, pueblos y servicios de la comarca de Laguardia-Rioja Alavesa.
  5. Ayuntamiento de Laguardia (Turismo): El sitio web oficial del Ayuntamiento de Laguardia ofrece información específica sobre la capital de la comarca, incluyendo detalles sobre su patrimonio monumental (murallas, iglesias, cuevas), horarios de visita, servicios turísticos y agenda local.
  6. Marqués de Riscal (Bodega y Hotel): La web oficial de una de las bodegas más emblemáticas y visitadas de Rioja Alavesa. Ofrece información sobre su historia, sus vinos, las visitas a la bodega y las instalaciones de la «Ciudad del Vino», incluyendo el hotel diseñado por Frank Gehry.

Artículo creado por el equipo de OWA.


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